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¡Bienvenida!

Prepárate para una experiencia saludable y emocionalmente positiva.

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Los principios tradicionales del “parto psicoprofiláctico” se originaron en Rusia y luego en Francia con el Dr. Ferdinand Lamaze a principios del siglo XX.  Desde 1930, el médico inglés Grantly Dick Read describió cómo contrarrestar el ciclo miedo-tensión-dolor en el parto,  basándose en la educación a la embarazada y en el aprendizaje de técnicas de relajación, respiración y medidasde confort para que la parturienta lograra tener un parto natural sin anestesia.

Estos principios han evolucionado sorprendentemente en los últimos años, analizándose a fondo los modelos de atención al parto y las expectativas de las madres en relación a cómo desean vivir sus partos tomando en cuenta su capacidad innata para dar a luz. En los últimos 50 años el conocimiento de los especialistas en Educación Perinatal, sobre el proceso del parto, ha aumentado considerablemente. El apoyo que se les da a las madres durante el embarazo y el trabajo de parto ha evolucionado abriéndose a nuevos horizontes.

En el método psicoprofiláctico, las mujeres aprendían a controlar las contracciones del parto, aprendían a pujar, realizaban ejercicios físicos, recibían educación sobre el proceso normal del parto, las posibles intervenciones médicas, la cesárea y la alimentación del bebé en el seno materno y la importancia de tener la presencia de su marido en la sala de partos.

Posteriormente las mujeres se hicieron más preguntas y se involucraron en la toma de decisiones relacionadas con la atención materno-infantil buscando el acondicionamiento físico y psicológico para el parto natural, sin intervenciones médicas  rutinarias y la lactancia materna exitosa. Fue así como se formuló una filosofía que nos ha conducido al momento actual en el que reconocemos la capacidad natural, el poder y la fortaleza de la mujer especialmente durante el parto.

En 1996,  la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó su definición de Parto Normal “…el parto normal inicia espontáneamente, es de bajo riesgo desde el inicio hasta el nacimiento. El infante nace espontáneamente en presentación de vértice entre las semanas 37 a la 42 completa. Después del parto, madre e infante están en buenas condiciones…” A partir de esta definición Lamaze International desarrolló “Seis prácticas  de atención para el parto normal y saludable” y las incluye en los programas de educación perinatal recomendados para las parejas durante el embarazo:

1. Que el parto inicie por sí mismo.

2. Que la mujer de a luz libre de intervenciones médicas rutinarias.

3. Que la mujer tenga libertad de movimiento, en todo momento, durante el trabajo de parto y el nacimiento.

4. Que la mujer adopte posiciones verticales durante la expulsión.

5. Que la mujer goce de apoyo continuo de un familiar o una doula durante el trabajo de parto y el nacimiento.

6. Que el bebé permanezca con su mamá la primera hora de vida en contacto piel a piel y en todo momento, en alojamiento conjunto al lado de su madre durante su estancia en el hospital.

La implementación de estas prácticas de atención nos ha llevado a constatar que la mujer puede dar a luz gozando de un parto saludable, y amamantar a su bebé con gran asertividad, transformándose de forma sorprendente al asumir su maternidad.

Hoy sabemos que durante el parto existe una perfecta orquestación entre las hormonas de la madre y  las  de su bebé, la cual se desenvuelve de forma exquisita y saludable si el parto no es perturbado.  La oxitocina se libera en pulsaciones y se coordina bellamente con la liberación de beta-endorfinas que hace que el trabajo de parto sea efectivo pero no severo. Los receptores de la oxitocina en el miometrio del útero aumentan de 30 a 100 veces en el primer trimestre del embarazo y hasta 300 veces en el embarazo a término, por ello es importante  que el parto inicie espontáneamente para asegurar que el desarrollo de los receptores sea óptimo y no se comprometa la contractilidad uterina.

La madre y el bebé producen oxitocina en perfecta armonía. Esto favorece el instinto materno de protección al bebé. Entender el ciclo oxitocina-dolor-adrenalina-endorfinas  ayuda a las madres a darse cuenta de que cuando el organismo de la madre y el del bebé liberan oxitocina y se inicia  en el trabajo de parto, las contracciones uterinas empiezan a ser dolorosas. Conforme aumenta el dolor, se libera la hormona del estrés llamada adrenalina la cual inhibe la liberación de oxitocina. Al mismo tiempo el nivel de endorfinas en la madre aumenta y el dolor se modula. La adrenalina decrece y es liberada más oxitocina. Este ciclo se repite constantemente elevándose los niveles de oxitocina y de endorfinas para que el trabajo de parto avance y se produzca de forma espontánea el nacimiento del bebé.

El medio ambiente se debe cuidar mucho, como  describe Ina May Gaskin el parto normal se desenvuelve con mayor facilidad en una atmosfera de intimidad y privacidad. El esfínter vaginal no responde  a la voluntad ni a las indicaciones orales externas(¡puje, relájese!!!), y su apertura se ve afectada cuando la mujer se siente intimidada, humillada, asustada y observada debido a los altos niveles de adrenalina en su sangre que estas situaciones suponen. El estado de relajación de las mandíbulas y la boca de la madre en trabajo de parto está relacionado con la capacidad de los esfínteres del cuello del útero y de la vagina al abrirse totalmente.

Este conocimiento tan valioso nos lleva a acciones que favorecen el armonioso desarrollo del proceso del parto, como  bajar la intensidad de la luz de la habitación, vocalizar, favorecer la privacidad, limitar los distractores, que la mujer se ría, que respire profunda y lentamente, el uso de baños tibios en tina o regadera y que esté acompañada por quien ella elija. Si la madre se siente amada, respetada, confiada, segura y cuidada, su cuerpo responderá abriéndose y permitiendo el nacimiento de su bebé con menor estrés.

La ciencia hoy demuestra que la forma en como ocurra el parto impacta a la mujer para siempre y que tener un parto natural, que la lleva a tocar la trascendencia, es un regalo para toda la vida. La mujer “sabe” como parir, la danza de sus hormonas la guía en el parto. Y es que ha sido naturalmente capacitada para parir.

Es muy recomendable que las embarazadas escuchen y comuniquen a otras mujeres esta experiencia maravillosa del parto normal para aceptar con mayor confianza esta realidad. No hay duda, el cuerpo de la mujer está dotado de la capacidad para dar a luz, de una manera natural y sin intervenciones médicas innecesarias.